Iglesia que se puede datar en el principio de siglo XIII, por lo que presenta ya algunas características góticas, como el arco apuntado. El pórtico es un añadido del siglo XVII y destaca el muro del presbiterio y la decoración escultórica.

Ubicada en la localidad de Amandi, muy cerca de Villaviciosa esta bella iglesia presenta uno de los más interesantes repertorios ornamentales del románico asturiano. Erigida a principios del siglo XIII es además llamativo el tratamiento mural del presbiterio y la esbeltez de su portada, tal como destaca la investigadora Soledad Álvarez Martínez.

El pórtico que rodea la zona anterior del templo fue construido en el siglo XVII. Accediendo a través de él destaca la esbelta portada principal de arco apuntado en una concesión a las propuestas goticistas. Los capiteles muestran ornamentación vegetal, pero también escenas bíblicas. Las arquivoltas se decoran con motivos de zigzag y las inquietantes cabezas de pico, ambos habituales en los templos del grupo de Villaviciosa.

La planta se estructura en nave única rectangular y ábside semicircular precedido de tramo recto, como es habitual en el conjunto de templos del románico pleno en el área de Villaviciosa. Nave y presbiterio se alzan mediante un arco de triunfo, que enfatiza el acceso al recinto más sacro, donde se ubica el altar.

Es destacable la articulación del muro del presbiterio por medio de columnatas, que en la zona superior rematan en arquerías. Los capiteles, tal como ha estudiado Soledad Álvarez, presentan un riquísimo repertorio que va de temas sagrados como el Pecado Original o el Pantocrator a otros profanos: luchas, escenas de caza, músicos.

El conjunto del presbiterio además está realizado en sillares bien escuadrados, lo que unido a un arco paralelo al de triunfo delimitando el ábside y tramo recto, y al total abovedamiento de la zona consiguen realzar esta área de forma significativa.

Exteriormente, la cabecera destaca igualmente tanto por la articulación mural que logran las columnas, como por los recursos horizontales de la moldura del zócalo y las dos líneas de imposta que enmarcan los vanos ricamente decorados que completan el conjunto.