El encuentro maliayo con la Paz
Por Mariola Menéndez
“Es una advocación de la que necesitamos mucho”, explica Nicolás Rodríguez sobre la nueva Virgen de la Cofradía de Jesús Nazareno, obra del escultor sevillano David Valenciano
En Villaviciosa quieren que la paz esté muy presente en su Semana Santa, que forme parte de ellos. “Es una advocación de la que necesitamos mucho”, manifiesta Nicolás Rodríguez, mayordomo de la Cofradía de Jesús Nazareno, quien, por aquellas coincidencias de la vida, contactó, precisamente el día dedicado a luchar contra la violencia, con el escultor imaginero David Valenciano Larios con la intención de encargarle una talla. La idea surgió al quedarse maravillado tras contemplar una foto de la obra que el artista sevillano había realizado con destino a Gran Canaria. “Nos gustó muchísimo porque vimos que no era una imagen tan andaluza, que es un tipo de imaginería muy diferente a la nuestra. Esta representa a una mujer; es más natural y más dulce”, apunta Rodríguez.
Además, al mayordomo le impresionó aún más al recordarle a la Virgen Dolorosa antigua de Villaviciosa, que “era muy dulce” y que fue destrozada durante la guerra civil. Pero el vínculo con la Villa va más allá: Nuestra Señora de la Paz suele llevar en la mano una simbólica paloma o una ramina de olivo, por lo que es evidente la conexión con la iglesia de Santa María de la Oliva, antigua parroquia y lugar de fundación de la cofradía, en 1668. Asimismo, era una buena oportunidad para dar el relevo a la Virgen del Rosario, que se encuentra en la capilla de ánimas de la iglesia parroquial y que se conoce popularmente como Nuestra Señora del Carmen. Esta es la talla que durante muchos años ha salido al encuentro de Jesús Resucitado en el Domingo de Pascua. “No tenemos ninguna imagen de tamaño natural al culto”, destaca el mayordomo maliayo, así que cree que Nuestra Señora de la Paz, con “esa cara tan dulce, va a gustar mucho y creará devoción”. Por lo que Nicolás Rodríguez ha querido atar fuerte todos estos lazos para que este año Villaviciosa pudiera vivir su primer encuentro con la Paz. El Domingo de Pascua, día de Gloria, se encontrará con su hijo resucitado dando un mensaje de amor fraternal y de hermandad.
Esta imagen ha sido tallada con mimo, delicadeza, destreza y maestría por David Valenciano Larios en su taller de la calle Alelí de Sevilla, desde el que han partido muchas obras hacia diferentes lugares de España y del mundo. Se encuentra completando un grupo escultórico del Calvario para Rusia, una muestra más de cómo su arte neobarroco con líneas clásicas ha llegado a países tan lejanos como la caribeña isla de Curazao, Ecuador, Holanda, Estados Unidos o Italia. “Mi devoción, mi creencia, es lo que me ayuda a ver lo que tengo que hacer” a la hora de dar forma a la imagen, reflexiona, pero también trata de conocer cómo son las celebraciones de Semana Santa de ese lugar “para que la figura encaje” con el resto de pasos.
Este onubense afincado en Sevilla se formó en la Escuela León Ortega de Huelva como técnico superior de artes aplicadas a la escultura, pero se considera autodidacta porque no necesitó forjarse en el oficio como aprendiz en el taller de ningún maestro. Valenciano conjuga arte y devoción desde bien pequeño. En el colegio destacaba por sus trabajos con plastilina y barro, así que comenzó a dar rienda suelta al derroche de creatividad que lleva dentro y con diecisiete años creó su primer Cristo: el de la Sentencia de Huelva. “Gustó mucho cuando se presentó y hasta día de hoy no he parado”, recuerda satisfecho, ya que su carrera no ha hecho más que crecer. Sostiene que “la última creación será superada por la próxima”, pues le mueve su afán de superación. David Valenciano se adscribe a la escuela sevillana y bebe de las influencias de grandes artistas del Renacimiento y del Baroco como Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa, Gregorio Fernández y Alonso Cano, además de escultores que fueron referentes en el siglo XX, como Sebastián Santos Rojas.
Este reconocido escultor imaginero admite que “lo más difícil de conseguir es que la imagen transmita”, ya que como obra artística que es, no sólo ha de alcanzar la belleza, también ha de despertar devoción en el culto. Debe aunar “belleza, expresividad, devoción sagrada… Es un cóctel. Se consigue imaginándola y dando forma a lo que he visto. Pienso que para lograrlo uno tiene que ser creyente”, manifiesta. Confiesa orgulloso que el suyo es un sector en auge en Andalucía y que de los talleres sevillanos salen imágenes para todo el mundo, así que parece que el relevo generacional está asegurado. Considera que lo más satisfactorio es alcanzar que la imagen sirva para el disfrute y el rezo de otras personas, por lo que la presentación de la talla en sociedad siempre genera expectación por “cómo se acoge, algunos se echan a llorar…” Esto convierte a su oficio en “muy sacrificado, pero muy gratificante”.
Villaviciosa es el primer lugar de Asturias en el que Valenciano creará devoción y lo conseguirá con una imagen “gloriosa con facciones muy humanas y naturales”, explica. Nuestra Señora de la Paz parece “una mujer de verdad”, asegura. Se trata de una talla de tamaño natural en madera de cedro y con unos ojos de cristal en roca que dan profundidad a su mirada. La escultura se completa con una policromía al óleo, que le otorga naturalidad, rematada con una pátina elaborada con pigmentos y aceite. Es una imagen de vestir y articulada. En su mano llevará una ramina de olivo. Los cofrades y devotos esperan ya con devoción y entusiasmo su encuentro con la Paz, con Nuestra Señora de la Paz, el Domingo de Pascua, que este año será aún más glorioso para los maliayos.