Santa María de la Oliva

Románico s XIII

Igual que en otras villas asturianas, en Villaviciosa se emprende la construcción de un templo parroquial tras la concesión de la correspondiente carta puebla. La de Maliayo es bastante tardía; la otorga Alfonso X el sabio en 1270, iniciándose de esta manera el despegue de la villa.

La cronología de Santa María de la Oliva no puede ser anterior al último cuarto del siglo XIII, pero como se ve en los restantes templos urbanos de la región, a pesar de la cronología avanzada, la planimetría y la estructura mural se vinculan aún a la tradición románica que, sin embargo, se ve afectada por la influencia gótica.

Del románico, conserva aún la sencilla disposición de volúmenes, la planta de nave rectangular y capilla cuadrada precedida de tramo recto, la ventana del testero, las portadas septentrional y meridional y la mayor parte de los repertorios ornamentales e iconográficos. Sin embargo, en esta conservadora estructura, no pocos elementos constructivos son muestra de la influencia del gótico, que se acusa en las proporciones profundas de presbiterio y en la tendencia a la verticalidad de la nave, que se realza, especialmente en el imafronte, a través del arimez que engloba la portada y el rosetón. Estos dos elementos son exponentes de la incidencia morfológica del nuevo estilo, como también lo son, la bóveda de crucería de la capilla y la tracería de las ventanas de la nave, se trata de una construcción de proporciones bastante desarrolladas. Su nave tiene una longitud de 2202 cm en el exterior y de 2031 cm en el interior y una anchura de 971 x 795 cm exterior e interiormente.

El presbiterio es muy profundo, al encontrarse la capilla precedida de un tramo recto de considerable desarrollo, la longitud total exterior es de 871 cm y la exterior de 795 cm, de los que 315 cm corresponden a tramo recto y 437 cm al santuario; la anchura es similar en ambas zonas, de 682 cm y 530 cm en exterior e interior respectivamente. Interesa destacar que las trazas y sistema de proporciones de este templo se han proyectado ad quadratum.

Es un templo parroquial perteneciente a una pequeña villa que sorprende por su proyección matemática. Sus arcaísmos estructurales y ornamentales parecen indicar que los talleres que intervienen en su construcción son de origen local, sin embargo, las proporciones cuidadas y el aparejo de cantería en el conjunto de la fábrica parecen señalar a un taller de cierta cualificación. Quizá la explicación se encuentra en la influencia que recibe de Valdediós, a pesar de la distancia cronológica, de al menos, de 50 años que separan a estas obras. En el monasterio cisterciense intervinieron talleres de alta cualificación, capaces de realizar un cálculo matemático para diseñar el conjunto, de construir muros aparejados de sillería en su conjunto y de aplicar soluciones novedosas, como los arco apuntados y las bóvedas de crucería, que también se construyen en la Oliva. Es posible que los talleres de Valdedios hayan formado a canteros que mantuvieron el buen oficio en la comarca, lo que explicaría la aparición en La Oliva de signos lapidarios, que parecían en Valdediós y otros templos relacionados con él, como San Juan de Amandi.

En La Oliva la mayor sencillez corresponde a la nave única, aún cubierta con armadura de madera de muros compactos y cerrados en los que se abren cuatro pequeñas ventanas bíforas de arquillos de medio punto o ligeramente apuntados, en los que se inscribe una tracería muy simple. Estos arcos están perforados en un sillar monolítico, cuya superficie se talla con torpes incisiones que intenta sustituir los gabletes y cresterías de la arquitectura gótica. Similar inspiración gótica tiene el pequeño rosetón de la parte alta del muro oriental y los dos vanos abiertos en el imafronte, que, como el conjunto del templo, fue fruto de alteraciones en diferentes reformas.

En la parte alta se abre un rosetón de considerables proporciones y tracería floral, que remata el cuerpo saliente en el que se abre la portada principal y más evolucionada del templo. Esta tiene cuatro arquivoltas ojivales, envueltas por guardapolvo, que inscriben una tracería gótica y que se apoyan en las correspondientes columnas acodilladas.

Los restantes repertorios ornamentales e iconográficos de esta portada suponen una continuación de la más pura tradición del románico pleno.

Cita bibliográfica:
ÁLVAREZ MARTÍNEZ, María Soledad; El Románico en Asturias; editorial TREA, Oviedo, 1999.

Iglesia de Santa María de la Oliva